Las personas que me conocen no tendrán reparo en decir que no soy una gran escritora. Yo misma me lo digo cada día; no por falta de autoestima, es más esta sensación de que siempre debo mantener la meta a distancia para continuar avanzando. Mi proyecto de este año, además de escribir una novela (de vampiros, ¡qué novedad!), es entrevistarme o hacerle preguntas a autores profesionales para conocer su trayectoria y aprender de su trabajo.
En esta ocasión, contacté con Manuel Pérez Recio a través de un grupo de facebook y me contó que es un autor de relato y novela, que de cuando en cuando se dedica a la música y a la ilustración; y el cómo compagina su trabajo con una multinacional del sector energético (cosa que me sorprendió bastante). Como muchos autores, es una persona apasionada y polifacética. "A veces impulsiva y visceral, pero no excenta de pragmatismo", me escribe. Me siento cómoda al saber que coincido en más de un aspecto con otros escritores y me pregunto ¿tendré la vena literaria? Al igual que yo, Manuel es ateo y le gusta pensar de manera crítica siempre siendo respetuoso con las ideas de otros. "Me encanta revolcarme en el suelo y, a pesar de la edad, dejar salir de vez en cuando al niño que todos lelvamos dentro", confiesa. Personalmente, esto de andar revolcada ocurre cuando trabajo con niños en la escuela que había sido constante hasta que la pandemia comenzó. Así que tenemos ese otro punto en común. Adora el chocolate negro, los días de lluvia y un buen vino. Supongo que de todo eso nada más coincidimos en el amor que tenemos por los días de lluvia.
Les dejo a continuación las preguntas y respuestas que intercambiamos. Espero que disfruten conocer a este escritor tanto como yo.
Claudia (C): Gracias
por aceptar esta entrevista.
Manuel (M): El placer es mío.
C:Sé
que tienes ya varios libros escritos y publicados. Cuéntame un poco sobre tu
obra más reciente.
M: Mi última novela es “La canción del
nómada”, tercera de una trilogía negra que tiene como protagonista al detective
Dani Franco, un personaje vulgar y descreído, con un proceloso mundo interior y
una singular forma de afrontar las situaciones que no deja indiferente a ningún
lector. Esta vez, su misión consiste en buscar a un soldado desaparecido en
Bagdad, cuyo pasado oculta un oscuro secreto que no os voy a desvelar.
C: ¿Cómo
escribes? (Tus espacios, tus tiempos, tus filtros)
M: Escribo casi siempre fuera de casa (viajo
mucho por motivos laborales); hoteles, restaurantes... Suelo plasmar mis ideas
y pensamientos de forma visceral, como si los vomitara sobre el papel, y luego
los desarrollo con calma, puliendo cada detalle y documentándome de forma
precisa para dar mayor credibilidad a la historia que lleve en ciernes. Para
mí, es muy importante la fiabilidad de los datos.
C: ¿De
dónde tomas tus ideas para crear literatura?
M: Leo mucho. Disfruto haciéndolo y además
me aporta diferentes puntos de vista. Pero mis ideas surgen como flashes: las
visualizo en mi mente y les doy forma casi de forma espontánea. Puede
inspirarme el artículo de un periódico, un sueño, una escena costumbrista e
incluso basarme en mis propias experiencias (digamos que mi vida no ha sido
aburrida); no en vano, en cada personaje se refleja un poco de la personalidad
del autor, aunque trate de ocultarlo o disimularlo.
C: ¿Qué
tanto de la vida real tomas como referencia para tus personajes o las
situaciones? ¿La gente con la que convives sabe que estás hablando de ellos
cuando leen tus textos?
M: De la vida real lo tomo todo, si bien
edulcorado o pasado por un filtro. De esa forma, es difícil cometer errores en
las descripciones. Eso sí, nunca revelo la identidad de las personas en las que
me inspiro. Para los escenarios actúo de igual forma; ¿por qué inventarse un
bar de copas si ya conoces unos cuantos? Basta con cambiarle el nombre y añadir
elementos que aporten un contenido extra a la narración. Sobre todo, cuando es
una historia realista o basada en hechos reales.
C: ¿Cuándo
crees que fluye mejor la inspiración?
(De día, de noche, luego de dormir)
M: La inspiración no tiene hora ni lugar.
Por eso siempre tengo un papel y un lápiz a mano. Sin embargo, mi mejor momento
de lucidez para desarrollar un apunte suele ser por la tarde, mientras me fumo
un cigarrillo o tomo un café. Por supuesto, en soledad y con música de jazz.
C: ¿Qué
estás leyendo en este momento?
M: Hace poco terminé un libro de Vargas Llosa
que me gustó bastante (El sueño del celta) y he empezado otro de Almudena
Grandes. Pero tengo a mano un tercero, para desengrasar, que es El prado verde
de J McKay.
C: ¿Qué
prefieres, ebook o impreso? ¿Por qué?
M: Papel, sin lugar a dudas. El olor y la
textura son incomparables… Aunque no descarto el ebook, por su sentido
práctico. Sin embargo, mis ventas en ebook superan con creces a las de papel,
aunque tampoco son despreciables. Y si alguien tiene problemas para adquirir
mis libros, se los envío firmados. Me encanta dedicarlos.
C: Si
pudieras recomendarle un libro a alguien ¿cuál sería y por qué?
M: Deberían leer “El camino”, de Miguel
Delibes; sobre todo los más jóvenes. Fue el primer libro que despertó mi
interés por la lectura. Debía tener 12 o 13 años cuando cayó en mis manos.
Y, siendo egoísta, todos y cada uno de
mis libros. Estoy seguro de que los van a disfrutar.
De momento son siete, y creo que hay para
todos los gustos.
C: Si
pudieras conocer a algún escritor famoso, ¿quién sería? ¿Dónde se encontrarían?
¿Por qué él/ella? ¿Qué le dirías y qué le preguntarías?
M: Muy fácil. Siempre sentí gran admiración
por Edgar Allan Poe. Sus relatos me acompañaron durante la adolescencia, llena
de anécdotas y turbadores recuerdos. Quedaría con él en una oscura taberna,
beberíamos absenta y charlaríamos sobre la vida y la muerte, el origen del bien
y del mal… Más que formularle preguntas, dejaría que fluyera la conversación
hasta que, completamente ebrios, nos echaran a patadas del local.
C: ¿Tienes
algún consejo para los escritores que no se han animado y quieren publicar?
M: El de la publicación es un mundillo tan
complejo, que yo me preocuparía antes por leer mucho, muchísimo, pulir mi
ortografía y gramática, practicar hasta la saciedad y, cuando crea que tiene
algo muy bueno entre las manos, ofrecerlo a varios lectores cero para que opinen sobre el texto.
Superado este filtro, ofrecería mi obra a dos o tres editoriales clásicas.
Probablemente las rechazarán, pero siempre les quedará Amazon, donde podrán
autopublicarlas y así matar el gusanillo. Pero que no se desanimen si no llegan
pronto las ventas. Si la obra es buena, antes o después obtendrán su esperada
recompensa. Demostrar la valía de un escritor es una de las tareas más arduas
que conozco.
C: ¿Quiénes
son tus autores favoritos? ¿Qué autores son recurrentes?
M: Vázquez Figueroa es uno de mis favoritos,
combina la historia y la aventura, escribe de forma clara y sencilla y todavía
no he leído una novela suya que me haya decepcionado.
Por otro lado, me encanta la prosa de
Pérez Reverte, si bien su personalidad se ve demasiado reflejada en sus obras.
C: ¿Por
qué escribes? ¿Cómo inició tu interés por la literatura?
M: Bueno, fue una transición natural. Hace
años dibujaba cómics, incluso llegué a publicar alguno. Hasta que el guionista
con el que trabajaba me dejó, y me vi obligado a escribir mis propios guiones.
Ahí me di cuenta de lo interesante que resultaba desentrañar una historia y
darle forma a través de las palabras. Pero, como he dicho antes, mi verdadero
interés por la literatura despertó con “El Camino”, de Miguel Delibes.
C: ¿Cuáles
son tus hobbies?
M: Considero la literatura un hobby. También
me gusta hacer senderismo, y toco el bajo eléctrico y la batería en un pequeño
grupo de rock, sin grandes pretensiones. Si beber cerveza con amigos es un
hobby, apúntalo también.
C: ¿Cuáles
son tus películas favoritas? ¿Te has inspirado en alguna para alguno de tus
textos?
M: Blade Runner (la primera), Donnie Darko,
Gran Torino, Sin Perdón, Gladiator… y muchas más.
Y no, el cine no ha inspirado ninguno de
mis libros. Me gustaría que fuera al contrario. ¿Lo has leído, Guillermo del
Toro? Ja,ja.
C: ¿Qué
estás escribiendo ahora? ¿Tienes algún proyecto en puerta? Cuéntanos un poco
sobre eso.
M: Claro. Estoy con una novela histórica
ambientada en el final de la Guerra Civil Española y el comienzo de la Segunda
Guerra Mundial. Con ella quiero rendir homenaje a los combatientes de la Novena
Compañía o División Lecrerc: un puñado de soldados que se alistaron en la
Legión Francesa para luchar contra el Ejército Alemán. Es una historia humana y
un viaje al abismo del corazón, en el que narro las aventuras y desventuras de
un sargento que huye a Orán en compañía de una joven que pertenece al Servicio
de Inteligencia Ruso.
Ya escribí otra novela histórica
anteriormente, “Piel de lobo”, sobre la posguerra y la transición, publicada
por la editorial Tagus, del grupo Planeta (mi novela más conocida y vendida
hasta la fecha) Trata sobre la distancia entre un padre y su hijo. Espero que
esta que escribo ahora siga sus pasos…
C: En
este periodo de aislamiento por COVID-19, ¿Tienes algún mensaje de esperanza
para las personas que han vivido pérdidas materiales, económicas o humanas por
la pandemia?
M: La vida es un viaje. Disfruta de todo lo
que pueda ofrecerte, cada instante, cada sonrisa, cada persona que se cruce en
tu camino…, porque nada es eterno, ni el sufrimiento, ni la felicidad. Así que
no te rindas nunca, ríe, llora, lucha, canta y vive con intensidad. Es tu
regalo, y sería estúpido rechazarlo.
Les dejo aquí sus redes sociales para que puedan encontrar su trabajo. Yo lo he disfrutado bastante, he leído algunos relatos y me gusta cómo escribe. Su prosa es fluida y lso temas actuales.
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