viernes, 22 de marzo de 2013

T. E. C.= SESIÓN 6 - La Riqueza del Detalle

     Las reglas de oro para escribir:

  1. Sé preciso; cuida los detalles
  2. Usa todos tus sentidos
  3. Sé concreto
  4. No abuses de las grandes palabras (abstractas)
  5. Asegúrate del orden lógico
  6. Piensa en el sabor que esperas y que quieres. 

B) INSTRUCTIVO PARA BESAR

No todos los besos son iguales, pues hay besos para los amigos, besos para la pareja, besos para los niños, para un familiar y hasta para las mascotas.  Además, los besos también tienen motivos: saludar, despedirse, dar cariño afecto, expresar ternura, desahogo la tristeza, entre otros.  Los besos, pueden ser ruidosos, silenciosos, húmedos o secos, largos o cortos. Sin embargo, cuando pensamos en besar, viene a nuestra mente un momento especial en el que nuestros labios tocan la piel de otra persona, y hay una emoción que nos invade. 

En el caso de un hijo que va saliendo de casa, la madre lo toma por el rostro, se acerca de prisa y besa la mejilla o la frente a su pequeño (porque para las madres no importa la edad,  hijos siempre serán sus pequeños), brevemente, con dolor en su corazón por ver partir a su niño  y con angustian en sus palabras de despedida al dejar partir a un pedazo de su ser.  Sus labios se presionan y normalmente hacen un sonido parecido a un chasquido. 

Si hablamos de dos amantes, frente a frente, después de un largo día, encontraremos que al verse los invade un ansia atroz por sentirse cerca. Veremos que la alegría reduce la fatiga y desvanece la sensación de vacío que tenían al estar lejos.  Sus manos se encuentran y se estrechan, se envuelven mutuamente entre los brazos y al mirarse a los ojos, el calor recorre sus cuerpos.  Las manos de ambos exploran el cuerpo del otro, recorren la espalda y llegan al cuello para luego tocar la cara y el cabello.   Uno de los dos acerca sus labios a los de su pareja y es ahí cuando se produce el beso. Al abrir ambos los labios y restregrarlos contra los del otro, se obtiene un beso que resulta húmedo, cálido y confortante.

En tanto los besos de saludo y despedida entre amigos o familiares, suelen estar acompañados de un abrazo o un apretón de manos, junto aun ligero impulso para acercarse a la otra persona.  Es emotivo, sincero y breve.  Las dos personas que se besan, intentan hacerlo al mismo tiempo, por lo que es frecuente que ninguno de los dos roce sus labios con el otro, y se produzca solo un embarre de cachetes, una mejilla de cada besante se encuentren al tiempo que los labios se levantan en trompa y se produce el  chasquido de un beso, sin que los labios toquen al otro.   De lo contrario, las dos partes besantes se turnan para colocar sus labios breve y rápidamente en la mejilla del otro. 

 Los besos a las mascotas, se producen cuando hay una demostración de afecto hacia el animal.  La persona que los besa puede o no estrecharlo entre sus brazos, levantar los labios en trompa, hacer un ruido de succión de aire que en ocasiones parece tronar.  No importa si es un gato, un perico o un perro, el resultado es una experiencia peluda. 

miércoles, 20 de marzo de 2013

SESIÓN 5 - Taller de Escritura Creativa - Guijosa y Hiriart

El PROCESO DE CREACIÓN toma varios pasos...
... Es posible que tengamos un monton de obstáculos que hay que enfrentar para escribir, pero si en verdad queremos escribi, no hay pretextos.  Depende de nosotros mismos darnos el tiempo y vivir el proceso creativo por comleto, o conformarnos con textos inacabados (fragmento pag. 39)


Pasos:
1) Caos e ideas... palabras que acuden a nuestra mente.
2) Sentarse a escribir... ordenar, desarolla los puntos (1er. borrador)
3) Criticar. Revisar.  Leer en voz alta (fluidez).   Podar.   Quita lo que no ofrezca nada importante.  Dejar lo fundamental, lo que describe.
4) -Limpieza y claridad.  Pulir detalles, revisión de letras, comas... ver que diga lo que deseamos decir.
5) Revisión por parte d etus amigos y conocidos para veificar detalles. 

***Siguiendo los pasos anteriores dejo el paso 5 para aquellso que leen este texto.   Espero que a alguien le sirvan estos pasos en un futuro.  Hice el 1, 2, 3 y 4; te pido me apoyes con el 5 ;) ***

* - *- * - * - * - * - * - * - * - * - * - *  - *  - *  - * - *

LA BRUJA DEL FUEGO 

1ra parte


     Faltan un par de horas para el amanecer, he arribado a esta pequeña comunidad de Haití llamada Lafond.  Apenas abrirse la puerta del avión, la brisa cálida se cuela y el fresco aire de la refrigeración comienza a desaparecer.  



Desciendo lentamente al ver que el piloto se baja sin decir una palabra, supongo entonces que el vuelo privado que me han brindado no incluye cortesía ni buenos modales.  Me paralizo a la mitad de la escalerilla,sorprendida ante la belleza del cielo despejado que se extiende sobre mi, al darme cuenta de la claridad con la que se aprecian las estrellas, estoy segura que en Nueva York jamás sería posible una vista así.  Suspiro. Percibo el aire cargado con un aroma a tierra húmeda, hay silencio abrumador.

Al bajar la mirada me encuentro con algo totalmente diferente a lo que esperaba, no hay más aviones en el lugar, no es precisamente el aeropueto que esperaba ver.  Hay un único edificio de una planta con una torre adjunta.  La pista de aterizaje es solamente tierra aplanada con un par de luces que marcan el camino que el avión debe recorrer.   

Un hombre me espera junto aun auto sin capote para dos personas.  Estoy acostumbrada a ver afroamericanos, pero este hombre me parece peculiar, por lo que durante el recorrido observo sus enormes ojos oscuros, sus grandes labios, su cabello corto muy rizado, lo ancho de su nariz, entonces me doy cuenta que sus facciones se ven así por su extrema delgadez.  Su rostro, además de cansado, luce enfermo.  Llega a mí el olor a sudor a través de su ropa de manta con hilos de colores en los bordes. 

Estoy nerviosa.  Veo al menos a seis sujetos vestidos como militares parados al rededor del edificio, todos ellos con la misma apariencia enfermiza.  Ninguno me dirige la mirada.  Dirijo mi mirada a través del ventanal y al otro lado de la puerta principal veo la estrecha carretera pavimentada, y justo al otro lado, aparcado con las luces apagadas, está un deportivo azul marino con placas norteamericanas, lo que me indica que han llegado a recogerme es la insignia circular en la puerta delantera del coche.  

Mientras cruzo la carretera, la puerta trasera del auto se abre y baja Eathan, tan impecable como de costumbre, con sus pantalones de vestir y su camisa bien planchada, a esta hora no lleva corbata ni saco.  No me había dado cuenta de lo bien que le van las puntas azules que le a ha pintado a su cabello rubio, haciendo resaltar sus ojos azul cielo. Su mirada tiene un destello de sarcasmo al darme la bienvenida con una mueca de sonrisa forzada.  Sin más me pide entrar en el coche.  Cuando sube se recarga en la puerta apenas cerrarla y me mira fijamente, tiene la expresión de alguien que está a la espectativa y alerta a cada movimiento que hago.   

      - Pensé que nunca volvería a verte - dice al fin con sus palabras cargadas de molestia, casi como si deseara que no estuviera aquí.

     - Nathaniel hizo hasta lo imposible para que volviera- contesto de prisa como una excusa, no, más bien como defensa.

       -Bien, pues entonces vamos a verlo - responde tranquilamente miando mis manos cuando aprieto la maleta para evitar que se caiga.  No es capaz de ocultar la desconfianza que me tiene.

     Escucho que el motor se enciende, en la parte delantera hay un joven con traje de mozo, el mismo que había visto en los sirvientes que Nathaniel empleaba para la de Nueva York.  Lleva su gorro negro con linea blanca en la vicera y el distintivo con la insignia familiar en la solapa del saco.

El silencio entre Eathan y yo se vuelve insoportable cada minuto que pasa mientras el auto avanza y él continua con su mirada fija en mi. Trato de no prestarle atención y miro por la ventanilla el recorrido por el camino de tierra que hemos tomado.  A la distancia se alcanzan a ver las luces que macan los linderos de la civilización, mientras a la orilla del camino veo varias chozas que parecieran inhabitables para alguien como yo que viene de la gran ciudad.  Son pequeñas y construidas con tablas de madera y lámina en el techo. 

Me encierro en mis pensamientos sobre el día de ayer, me recuerdo caminando por las anchas aceras de Nueva York

Las luces que se divisan más allá de la hierba crecida parecen dos grandes fogatas, sobre el campo cubierto por pastizal que alcanza casi el metro de alto se ve el humo y las sombras de algunas personas a la distancia junto al fuego.  He escuchado que hay regiones de Haití que aún mantienen prácticas vudú y hechicería antigua, quizás estén...


El auto se detiene de pronto, Eathan se baja y me hace una señal para que lo siga, me bajo con cuidado de que no se levante la falda, me ajusto la camisa y compruebo que aún está fajada dentro de la falda, me paso las manos por el cabello intentando alisarlo con los dedos. Tomo aire y lo sostengo unos segundos, luego sujeta mi maleta con las dos manos.    Antes de seguir a Eathan, me detengo a contemplar la extraordinaria mansión frente a mí.  Sus muros exteriores son lisos, parecieran estar hechos de mármol negro en una sola pieza, sus dos plantas tienen un acabado exquisito en los bordes.  A primera vista, da la impresión de estar frente aun antiguo templo griego, con dos grandes pilares sosteniendo el techo del pórtico y otros varios más grandes en las esquinas. 

En la puerta de entrada me detengo en seco al ver en el recibidor, de pie junto a una mesa circular con florero, a Allison, la otra protegida de Nathaniel.  No se ve diferente a la última vez que nos vimos, lleva su cabello castaño en una coleta alta hacia atrás, usa un pantalón negro ajustado y una blusa negra de tirantes,  el cinturón de tela rosa amarrado a su cintura con un doble nudo resalta a la vista.  Si fuera posible, aseguraría que ha perdido un par de kilos,  pero debe ser el maquillaje y lo ajustado de su ropa lo que la hacer parecer más delgada.    No es capaz de ocultar el odio en sus ojos al verme titubear en el portal.  Estoy casi segura que sabe de mi traición, su mirada me dice que ella sabe que soy la razón por la que tuvieron que huir y venir a Haití, estoy casi segura de que Eathan también sabe que fui yo la que inició el incendio en la biblioteca durante el ataque de la pandilla.  Se me acerca con una sonrisa fingida, e imagino las mil y una formas en la que planea mi muerte por haberlos traicionado, pero me sorprende con su falso abrazo y sus palabras de recibimiento.  Quizás me mire así por otro motivo y soy yo la que está exagerando, sin embargo,la piel se me heriza y la sangre se me hela cuando la oigo hablar y aún nomeha soltado.

-Por fin en casa, Silvia - me lo dice muy bajito cerca del oido. Luego se sepaa y me toca el hombro con su mano derecha - Me preocupaba no saber de ti, pensé que habías muerto en la explosión hasta que Nathaniel nos dijo que estabas bien. - dice con una sonrisa.  Sé que miente pero le sigo el juego.

-Pensé en ustedes todos los días, deseaba volver a verte y poder platicar.

- Te ves muy bien para haber estado tanto tiempo sola en esa ciudad del demonio, rodeada por esos salvajes... - hace una pausa, espera mi reacción.  

Trato de parecer tranquila, pero me inquietan sus palabras, no sé si ha notado que mis piernas tiemblan de pronto.  - No estuve sola.- La interrumpo antes que continúe.  

Allison se da la vuelta y mira hacia la sala, oigo unas pisadas pero al recorrer el sitio con mi vista, no veo a nadie.  Solo está el piso pulido de superficie reflejante que me muestra los detalles del grabado en las paredes.  Al fondo d la estancia está la alfombra roja que combina con las cortinas oscuras y gruesas del ventanal cerca de la escalera.  El reloj de pie a la izquierda tiene un péndulo que se balancea silencioso y los sillones con detalles floreados me recuerdan al papel tapiz de mi departamento en Nueva York. 

Algo llama mi atención, dirijo mi mirada hacia la escalera, ahí, sujetando el barandal, se encuentra Nathaniel, con su rostro pálido, su piel color perla; sus ojos oscuros me examinan detenidamente; su negrísimo cabello está manchado con lineas blancas, se mueve al ritmo que baja la escalera.  Suelto mi maleta y me apresuro hacia él.  Lo abrazo energicamente, aprieto los ojos y aspiro la fragancia seca de la loción que usa desde el día que nos conocimos.  

Me acaricia suavemente la espalda con su mano derecha y me hace una ligera presión, luego la sube a mi cabeza y retrocede. Levanto la cara para ver su rostro, un rostro perfectamente rasurado, esboza una leve sonrisa al ver que mis ojos se llenan de lágrimas.

- Allison, muéstrale a Silvia la habitación que hemos preparado.  - Su voz es dura y áspera.  Sin mirarme continúa: - Silvia, bienvenida a casa.  Ahora está apunto de amanecer, nos veremos más tarde.  Descansa. 

Nathaniel baja de prisa sin esperar a que le conteste, tenía ganas de decirle cuanto lo he hechado de menos, pero si lo hago se me quibraría la voz, así que decido guardármelo para más tarde.  Veo a Eathan y Allison juntos al pie de la escalera.  Allison carga mi equipaje, al ver desaparecer a nuestro mentor tras las puertas de hoja doble que conducen a un estudio, dice con una voz chillona: -Eathan, consigue un extinguidor, ha llegado la Bruja del Fuego. 












lunes, 28 de enero de 2013

LA MISIÓN DE LA POCIÓN




Una mañana de Ublande, primavera en nuestro mundo, Danae despertó al escuchar el cantar de las aves y sentir los intensos rayos de sol entrando por su ventana. Después de vestirse para comenzar su día, como lo hacía a diario, bajó la escalera y vio la puerta principal abierta.
Danae se acercó para cerrar la entrada, escuchando la madera del suelo crujir bajo sus pies, sin embargo, vio que mucha gente del pueblo caminaba apresurada hacia la cabaña del líder de la aldea, juntándose afuera para ver a través de las ventanas. Preocupada, Danae se hizo espacio entre la multitud para entrar.
Dentro de la cabaña, de pie junto a la cama de su abuelo, el líder del pueblo, vio a su madre sujetándole la mano con una profunda tristeza en su mirada. Recostado, el anciano tenía la piel completamente empalidecida, sudaba y sus ojos se mantenían cerrados, en su rosto expresaba un agudo dolor.

La sanadora de la aldea, estaba también dentro de la habitación, y al ver a Danae entrar le dijo: ─ La enfermedad de nuestro líder es muy rara, jamás nadie en la región la había padecido, la cura de su mal, lamentablemente, no está en mis manos. La medicina que necesita se puede encontrar sólo en la Isla Moonshape ─, afligida por no poder regresarle la salud al viejo, agachó la cabeza y se alejó en silencio.

Esa misma tarde, Danae se dirigió a lo profundo del bosque, subió a la colina de Linrak, para encontrarse con la gran hechicera Earendi y pedirle consejo sobre si ir o no
a la Isla Moonshape, explicándole que ahí era el único lugar donde podían conseguir la cura que aliviaría a su abuelo del mal que lo atormentaba.

Hacía un año que Danae había terminado su entrenamiento con Earendi, por lo que podía considerarse como una hechicera novata, quien apenas comenzaba a entender el funcionamiento la magia y el fluir de la energía en el universo. Ahora que había concluido su instrucción, sentía el deseo de usar lo aprendido y ayudar al líder de su pueblo.
Earendi, era conocida en toda la región por su enorme sabiduría y su gran poder. Para Danae era un gran honor haber estudiado con ella, así que le compartió sus planes de ir al Oeste, a la Isla Moonshape en un viaje que le tomaría semanas, la vieja hechicera le dijo:

─Cualquier camino que elijas, estará lleno de dificultades. ─Tosió un poco para aclararse la garganta y continuó: ─Pero si vas al puerto tendrás la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable. Si no vas, tu abuelo morirá. No hay mucho que pensar, toma la decisión correcta.
Después de escuchar esas palabras, Danae salió de la cabaña y se dirigió a su casa. Al llegar, preparó su mochila con lo que necesitaría para el viaje, procurando llevar mantas y suficiente ropa para una semana, le dio un beso a su madre como despedida y salió de prisa al establo, donde se montó en un caballo y comenzó a cabalgar por el camino que la llevaría a la costa Oeste.

El día se terminó, y durante el atardecer, buscó un lugar para acampar. Al llegar la noche, estaba sumamente nerviosa, nunca había dormido fuera de casa; despertaba a cada ruido que escuchaba, inclusive el sonido de las hojas de los árboles, al mecerse con el viento, la inquietaba. Cuando por fin se decidió a dormir, escuchó un grito aterrador y algunas ramas rompiéndose muy cerca de ella. Agarró su bastón y se puse levantó de un brinco, lentamente se acercó con cuidado para ver lo que ocurría tras los arbustos.

Un hombre grande y musculoso con rostro de cerdo, sujetaba violentamente a una mujer del cabello. La chica parecía asustada, tenía sangre en la frente, trataba de resistirse. Danae se concentro en la energía dentro de ella, levantó su bastón e invocó un rayó mágico que golpeó a la criatura en el pecho, logró que perdiera el equilibrio y callera al suelo soltando a la joven, pero no le causó gran daño. Se paró entre el monstruo y la mujer, intentó defenderla dándole un bastonazo a la criatura, pero la bestia alzó su puño golpeándola tan fuerte en el estómago que perdió el conocimiento.

Al abrir los ojos, Danae vio a dos hombres sentados junto a una fogata que había encendido para acampar. Uno de ellos se presentó como Beor, tenía el cabello oscuro y corto, en su facha podía notarse un porte campesino, llevaba un carcaj de flechas y un arco en la espalda. El otro hombre era rubio y fornido, una espada colgaba de su cinturón, se hizo llamar Hermak. Ninguno parecía ser mayor de 25 años. A pesar de que Danae aparentaba ser una joven de apenas 20 años, había vivido más de 96. Su raza era podía vivir hasta 500 años.

Danae les agradeció a los hombres por su ayuda. Para pagarles el favor, les ofreció preparar algo de comer. Durante la cena les contó a donde iba y cuál era su misión. Beor y Hermak ofrecieron acompañarla durante gran parte del camino, pues se dirigían a una ciudad cercana a la costa Oeste.

Cuando amaneció, los tres comenzaron su viaje, cargaron sus pertenencias en el caballo de Danae y en el pueblo más cercano dejaron a la chica que habían salvado la noche anterior, aprovechando para surtir sus provisiones de viaje.

Este fue el inició de una gran aventura, pues el viaje que pensaron les llevaría un par de semanas, les tomó más de un mes. En cada lugar donde se detenían a descansar, encontraban algún problema o a personas que necesitaban su ayuda, algo en ellos les decía que debían intervenir y luchar por el bien de la gente que los recibía en los diferentes pueblos pro lo que atravesaban. En su camino se enfrentaron a ladrones que asaltaban por los senderos, encontraron fantasmas dentro de casas en ruinas en medio del campo, se defendieron de animales y bestias salvajes cuando acampaban cerca de los ríos. Cada día que pasaba su amistad se fortalecía y entre más dificultades se topaban, más se apoyaban y se querían.

Una noche llegaron a un pequeño pueblo llamado Vayel, durante su cena, escucharon al tendero de la posada en la que se hospedaban decirle a un viajero: ─Cerca de aquí, en la cascada, vive una criatura horrible de un solo ojo. Cada mes viene y pide al pueblo comida y objetos, si alguien se niega a pagar el tributo que exige, lo convierte en piedra y se lo lleva a la cueva tras la cascada─.

La mañana después de escuchar el relato, Danae, Hermak y Beor fueron a la cascada ya que les parecía injusto lo que la criatura hacía, sentían ese deber de proteger a la gente también ahí. Ya en la cascada, encontraron a un hombre de barba crecida, con la ropa algo vieja y rota. El hombre les dijo que había escuchado algo tras el agua, se presentó como Isil. Era el viajero que la noche anterior hablaba con el tendero en la taberna y había ofrecido como voluntario para ayudar a la gente.
El agua no caía con poca fuerza y resultó fácil acceder a la caverna. Dentro, en la húmeda oscuridad, Danae convocó una luz en la punta de su bastón que iluminara el sitio, todos fueron capaces de ver varias estatuas de piedra esparcidas en el lugar. Inmediatamente se dieron cuenta de que eran pueblerinos petrificados. La criatura

había coleccionado a sus víctimas desde hacía muchos años. Decidieron esperarla ahí hasta que anocheció. En el silencio de la caverna, escucharon cuando se aproximaba, estaban decididos a lucharon contra ella. Cada quien empuñó su arma, Danae convocó su magia para derribarla, pero era muy fuerte y resistente, su piel parecía hecha de hierro forjado, dándole forma de escamas a la placa dura que cubría su cuerpo redondo, en su cabeza poseía alrededor de seis ojos pequeños y tenía uno más grande justo en el centro. Hermak, se acercó con un escudo pulido que parecía espejo, rebotando el rayo petrificador y redirigiéndolo al monstruo. De esta manera logró derrotar a la criatura, logrando que se convirtiera en piedra a sí misma.

En la cueva encontraron oro y joyas que pagarían el resto del viaje, sin embargo, Hermak había quedado gravemente lastimado al caer sobre las piedras varias veces para no ser alcanzado por los ataques de la criatura. Salieron de ahí, al volver al pequeño pueblo, Danae cuidó de él, y una tarde este le confesó su amor, expresándole el deseo de ir con ella hasta la Isla Moonshape y acompañarla de vuelta a su aldea al conseguir la poción que requería. Danae dudó un momento, recordó las últimas semanas que habían pasado juntos, también estaba enamorada, así que sin decir nada, se inclinó para besarlo como gesto de que aceptaba la petición.
Cuando Hermak se recuperó por completo continuaron el viaje. Y al llegar al sendero en que debían separarse, Beor, el arquero, decidió seguir y ayudarles a conseguir una carabela en el puerto. Isil, quien se había hecho su amigo durante la aventura en la cueva, también pidió seguirlos, guardando el secreto de que él también necesitaba ir a la Isla Moonshape porque quería la poción para su esposa enferma.

Ya en el puerto, se hospedaron en una alegre posada, que esa noche tenía un espectáculo de música y baile. Muchas personas esperaban barco, así que bebían y cenaban mientras llegaba su hora de partir. Entre el barullo divisaron a un grupo de guerreros que hablaban de matar un dragón que había tomado la Isla Moonshape hacía unos meses, querían recuperarla para que los isleños volvieran a su hogar y pudieran vivir tranquilos en sus hogares, sonaban muy interesantes, compartían sus aventuras de cómo cazaban a los dragones por toda la región.

Durante su travesía Beor, Hermak, Isil y Danae se habían vuelto muy fuertes, pero no creían poder matar a un dragón. Danae ofreció todo su oro a los guerreros a cambio de que le llevaran la poción que se encontraba en el antiguo templo de la Isla; pero los guerreros, quienes se hacían llamar “Los Guardianes de la Luz”, no aceptaron el oro y dieron su palabra de traer la poción sin pedir nada a cambio. Y así, partieron a la Isla, mientras Danae y sus amigos permanecieron en el puerto esperando su regreso.

Tres días pasaron, y los guerreros no habían vuelto. Danae, impaciente, decidió ir a buscarlos. Beor, Hermak e Isil la acompañaron con gusto.

Ya en la Isla, vieron montones de madera quemada en la playa. Se dirigieron a la gran montaña, la cual había sido una mina hacía algunos años, entraron por uno de los túneles y encontraron a uno de los guerreros sentado en el suelo. Danae se acercó para revisarlo y vio que en su mano sostenía con fuerza la poción que habían prometido llevar; quiso decirles a sus amigos, pero estos se habían adelantado y descubrieron que los otros “Guardianes de la Luz” y el gran dragón estaban muertos.

Buscaron largo rato, pero no tuvieron suerte en encontrar el gran tesoro, que se decía todos los dragones guardaban. Salieron de ahí. Danae metió el frasco con la pócima en una caja de madera y no dijo nada hasta llegar al puerto de Dimbar, donde al abrir la caja se dio cuenta de que otra poción había aparecido, dentro de la caja había dos frascos. Al ver a Isil con la mirada triste, preguntó que le ocurría, y al conocer los motivos, decidió darle uno de los frascos.
Ahí, se separaron; prometieron verse pronto y entrenar para ser tan fuertes como los guerreros que habían matado al dragón en la Isla, llevando en su corazón la alegría de haberlos conocido. Danae pidió ayuda a un hechicero del puerto para volver a casa lo más rápido posible y entregar la poción para que su abuelo se recuperara, con la esperanza de que no fuera demasiado tarde. Hermak se fue con ella.

Al llegar, todos alabaron la valentía de la joven Danae, recibiendo con agrado a Hermak, el valeroso humano que había ayudado. Después de que el líder se recuperó, Danae y Hermak se casaron en una gran ceremonia.

Luego de unos meses Hermak, Danae, Beor e Isil se reunieron para comenzar una nueva aventura, viajando hacia el sur del continente, con el deseo de volverse más fuertes y ser como los valientes “Guerreros de la Luz” que luchaban por hacer del mundo un lugar mejor.

Fin.