miércoles, 20 de marzo de 2013

SESIÓN 5 - Taller de Escritura Creativa - Guijosa y Hiriart

El PROCESO DE CREACIÓN toma varios pasos...
... Es posible que tengamos un monton de obstáculos que hay que enfrentar para escribir, pero si en verdad queremos escribi, no hay pretextos.  Depende de nosotros mismos darnos el tiempo y vivir el proceso creativo por comleto, o conformarnos con textos inacabados (fragmento pag. 39)


Pasos:
1) Caos e ideas... palabras que acuden a nuestra mente.
2) Sentarse a escribir... ordenar, desarolla los puntos (1er. borrador)
3) Criticar. Revisar.  Leer en voz alta (fluidez).   Podar.   Quita lo que no ofrezca nada importante.  Dejar lo fundamental, lo que describe.
4) -Limpieza y claridad.  Pulir detalles, revisión de letras, comas... ver que diga lo que deseamos decir.
5) Revisión por parte d etus amigos y conocidos para veificar detalles. 

***Siguiendo los pasos anteriores dejo el paso 5 para aquellso que leen este texto.   Espero que a alguien le sirvan estos pasos en un futuro.  Hice el 1, 2, 3 y 4; te pido me apoyes con el 5 ;) ***

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LA BRUJA DEL FUEGO 

1ra parte


     Faltan un par de horas para el amanecer, he arribado a esta pequeña comunidad de Haití llamada Lafond.  Apenas abrirse la puerta del avión, la brisa cálida se cuela y el fresco aire de la refrigeración comienza a desaparecer.  



Desciendo lentamente al ver que el piloto se baja sin decir una palabra, supongo entonces que el vuelo privado que me han brindado no incluye cortesía ni buenos modales.  Me paralizo a la mitad de la escalerilla,sorprendida ante la belleza del cielo despejado que se extiende sobre mi, al darme cuenta de la claridad con la que se aprecian las estrellas, estoy segura que en Nueva York jamás sería posible una vista así.  Suspiro. Percibo el aire cargado con un aroma a tierra húmeda, hay silencio abrumador.

Al bajar la mirada me encuentro con algo totalmente diferente a lo que esperaba, no hay más aviones en el lugar, no es precisamente el aeropueto que esperaba ver.  Hay un único edificio de una planta con una torre adjunta.  La pista de aterizaje es solamente tierra aplanada con un par de luces que marcan el camino que el avión debe recorrer.   

Un hombre me espera junto aun auto sin capote para dos personas.  Estoy acostumbrada a ver afroamericanos, pero este hombre me parece peculiar, por lo que durante el recorrido observo sus enormes ojos oscuros, sus grandes labios, su cabello corto muy rizado, lo ancho de su nariz, entonces me doy cuenta que sus facciones se ven así por su extrema delgadez.  Su rostro, además de cansado, luce enfermo.  Llega a mí el olor a sudor a través de su ropa de manta con hilos de colores en los bordes. 

Estoy nerviosa.  Veo al menos a seis sujetos vestidos como militares parados al rededor del edificio, todos ellos con la misma apariencia enfermiza.  Ninguno me dirige la mirada.  Dirijo mi mirada a través del ventanal y al otro lado de la puerta principal veo la estrecha carretera pavimentada, y justo al otro lado, aparcado con las luces apagadas, está un deportivo azul marino con placas norteamericanas, lo que me indica que han llegado a recogerme es la insignia circular en la puerta delantera del coche.  

Mientras cruzo la carretera, la puerta trasera del auto se abre y baja Eathan, tan impecable como de costumbre, con sus pantalones de vestir y su camisa bien planchada, a esta hora no lleva corbata ni saco.  No me había dado cuenta de lo bien que le van las puntas azules que le a ha pintado a su cabello rubio, haciendo resaltar sus ojos azul cielo. Su mirada tiene un destello de sarcasmo al darme la bienvenida con una mueca de sonrisa forzada.  Sin más me pide entrar en el coche.  Cuando sube se recarga en la puerta apenas cerrarla y me mira fijamente, tiene la expresión de alguien que está a la espectativa y alerta a cada movimiento que hago.   

      - Pensé que nunca volvería a verte - dice al fin con sus palabras cargadas de molestia, casi como si deseara que no estuviera aquí.

     - Nathaniel hizo hasta lo imposible para que volviera- contesto de prisa como una excusa, no, más bien como defensa.

       -Bien, pues entonces vamos a verlo - responde tranquilamente miando mis manos cuando aprieto la maleta para evitar que se caiga.  No es capaz de ocultar la desconfianza que me tiene.

     Escucho que el motor se enciende, en la parte delantera hay un joven con traje de mozo, el mismo que había visto en los sirvientes que Nathaniel empleaba para la de Nueva York.  Lleva su gorro negro con linea blanca en la vicera y el distintivo con la insignia familiar en la solapa del saco.

El silencio entre Eathan y yo se vuelve insoportable cada minuto que pasa mientras el auto avanza y él continua con su mirada fija en mi. Trato de no prestarle atención y miro por la ventanilla el recorrido por el camino de tierra que hemos tomado.  A la distancia se alcanzan a ver las luces que macan los linderos de la civilización, mientras a la orilla del camino veo varias chozas que parecieran inhabitables para alguien como yo que viene de la gran ciudad.  Son pequeñas y construidas con tablas de madera y lámina en el techo. 

Me encierro en mis pensamientos sobre el día de ayer, me recuerdo caminando por las anchas aceras de Nueva York

Las luces que se divisan más allá de la hierba crecida parecen dos grandes fogatas, sobre el campo cubierto por pastizal que alcanza casi el metro de alto se ve el humo y las sombras de algunas personas a la distancia junto al fuego.  He escuchado que hay regiones de Haití que aún mantienen prácticas vudú y hechicería antigua, quizás estén...


El auto se detiene de pronto, Eathan se baja y me hace una señal para que lo siga, me bajo con cuidado de que no se levante la falda, me ajusto la camisa y compruebo que aún está fajada dentro de la falda, me paso las manos por el cabello intentando alisarlo con los dedos. Tomo aire y lo sostengo unos segundos, luego sujeta mi maleta con las dos manos.    Antes de seguir a Eathan, me detengo a contemplar la extraordinaria mansión frente a mí.  Sus muros exteriores son lisos, parecieran estar hechos de mármol negro en una sola pieza, sus dos plantas tienen un acabado exquisito en los bordes.  A primera vista, da la impresión de estar frente aun antiguo templo griego, con dos grandes pilares sosteniendo el techo del pórtico y otros varios más grandes en las esquinas. 

En la puerta de entrada me detengo en seco al ver en el recibidor, de pie junto a una mesa circular con florero, a Allison, la otra protegida de Nathaniel.  No se ve diferente a la última vez que nos vimos, lleva su cabello castaño en una coleta alta hacia atrás, usa un pantalón negro ajustado y una blusa negra de tirantes,  el cinturón de tela rosa amarrado a su cintura con un doble nudo resalta a la vista.  Si fuera posible, aseguraría que ha perdido un par de kilos,  pero debe ser el maquillaje y lo ajustado de su ropa lo que la hacer parecer más delgada.    No es capaz de ocultar el odio en sus ojos al verme titubear en el portal.  Estoy casi segura que sabe de mi traición, su mirada me dice que ella sabe que soy la razón por la que tuvieron que huir y venir a Haití, estoy casi segura de que Eathan también sabe que fui yo la que inició el incendio en la biblioteca durante el ataque de la pandilla.  Se me acerca con una sonrisa fingida, e imagino las mil y una formas en la que planea mi muerte por haberlos traicionado, pero me sorprende con su falso abrazo y sus palabras de recibimiento.  Quizás me mire así por otro motivo y soy yo la que está exagerando, sin embargo,la piel se me heriza y la sangre se me hela cuando la oigo hablar y aún nomeha soltado.

-Por fin en casa, Silvia - me lo dice muy bajito cerca del oido. Luego se sepaa y me toca el hombro con su mano derecha - Me preocupaba no saber de ti, pensé que habías muerto en la explosión hasta que Nathaniel nos dijo que estabas bien. - dice con una sonrisa.  Sé que miente pero le sigo el juego.

-Pensé en ustedes todos los días, deseaba volver a verte y poder platicar.

- Te ves muy bien para haber estado tanto tiempo sola en esa ciudad del demonio, rodeada por esos salvajes... - hace una pausa, espera mi reacción.  

Trato de parecer tranquila, pero me inquietan sus palabras, no sé si ha notado que mis piernas tiemblan de pronto.  - No estuve sola.- La interrumpo antes que continúe.  

Allison se da la vuelta y mira hacia la sala, oigo unas pisadas pero al recorrer el sitio con mi vista, no veo a nadie.  Solo está el piso pulido de superficie reflejante que me muestra los detalles del grabado en las paredes.  Al fondo d la estancia está la alfombra roja que combina con las cortinas oscuras y gruesas del ventanal cerca de la escalera.  El reloj de pie a la izquierda tiene un péndulo que se balancea silencioso y los sillones con detalles floreados me recuerdan al papel tapiz de mi departamento en Nueva York. 

Algo llama mi atención, dirijo mi mirada hacia la escalera, ahí, sujetando el barandal, se encuentra Nathaniel, con su rostro pálido, su piel color perla; sus ojos oscuros me examinan detenidamente; su negrísimo cabello está manchado con lineas blancas, se mueve al ritmo que baja la escalera.  Suelto mi maleta y me apresuro hacia él.  Lo abrazo energicamente, aprieto los ojos y aspiro la fragancia seca de la loción que usa desde el día que nos conocimos.  

Me acaricia suavemente la espalda con su mano derecha y me hace una ligera presión, luego la sube a mi cabeza y retrocede. Levanto la cara para ver su rostro, un rostro perfectamente rasurado, esboza una leve sonrisa al ver que mis ojos se llenan de lágrimas.

- Allison, muéstrale a Silvia la habitación que hemos preparado.  - Su voz es dura y áspera.  Sin mirarme continúa: - Silvia, bienvenida a casa.  Ahora está apunto de amanecer, nos veremos más tarde.  Descansa. 

Nathaniel baja de prisa sin esperar a que le conteste, tenía ganas de decirle cuanto lo he hechado de menos, pero si lo hago se me quibraría la voz, así que decido guardármelo para más tarde.  Veo a Eathan y Allison juntos al pie de la escalera.  Allison carga mi equipaje, al ver desaparecer a nuestro mentor tras las puertas de hoja doble que conducen a un estudio, dice con una voz chillona: -Eathan, consigue un extinguidor, ha llegado la Bruja del Fuego. 












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