viernes, 4 de mayo de 2012

Vivir al otro lado del Espejo



Camino de prisa entre los humanos,

Solo espero llegar casa y descansar,

Llamo a otros hombres lobo hermanos,

Entro al bosque y empiezo a soñar.

Deseo el momento en que llegue a casa

Y escuche la madera bajo mis pies crujir,

Atravesaré el espejo y sentiré la calma,

Que solo entre la naturaleza se puede sentir,

Tendré por fin esa sensación de alivio en mi alma

Al alejarme del mundo físico en cual he de vivir.

Cruzaré el espejo y llagaré a la tierra espiritual,

El lugar en la penumbra donde todo lo mágico es real.



Por fin entro a casa y me veo en el espejo,

Camino de prisa hacia mi reflejo,

Levanto mi mano y rasgo el manto

Que divide al mundo espiritual del físico,

Pues soy carne y espíritu, ambos en uno,

Gaia me escogió para ser su guerrero

Y luna me bendijo para ser un bardo,

Un bardo que cuenta las historias a su pueblo.

Contar relatos de lucha y forjar guerreros

Que luchen al otro lado del espejo

Lejos de los ojos humanos

Y así  poder protegerlos.



La luna resplandece  sobre  mí,

Me saluda con su brillo,

Veo a mis hermanos esperando

En la penumbra por mí.

Sueño con vivir aquí,

Es el mundo ideal para mí,

Entre espíritus sonreír  y ser feliz

Al otro lado del espejo quiero vivir.



P.D. Este texto no habla de vampiros, es de un hombre lobo :D que seguro nació bajo la luna de cuarto creciente, deseoso de ir a la Umbra :)





miércoles, 2 de mayo de 2012

MI PEQUEÑA OBSESIÓN,

ES PELIRROJA


Ahí estaba ella, cerca de mí.  La había visto en una fiesta hace más de seis meses. No supe si lo hice de manera inconsciente, pero comencé a seguirle a todo lugar al que fuera, me hice amigo de algunos de sus conocidos y no tardaba más de una hora en encontrarla cada anochecer.


Esta noche en particular me había sorprendido.  Estaba ahí en la sala de exposiciones de la Universidad de Arte y Pintura. Paseaba por los pasillos viendo los cuadros de sus amigos y escuchando los comentarios que hacían sobre sus pinturas.  En su mano llevaba una copa, su cuello estaba adornado con una delgada y corta cadena de oro, sus rojos rizos llegaban a la mitad de su espalda.

En un impulsivo instante de pasión por aquella mujer tan bella que mis ojos contemplaban, pasé de cruzar miradas e intercambiar sonrisas, a acercarme a ella.

Me estudió mientras bebía de su copa, el labial carmesí quedó pegado en el borde del cristal. Sonrió y al terminar de saborear su bebida me dijo:

-Buenas noches Michel- Me sorprendió la familiaridad con la que se dirigía a mí, sin dejar de sostenerme la mirada, pude apreciar en la profundidad de sus ojos marrón la pasión por la vida que ardía constante en su ser.

Era bella, no soy capaz de negar que me sentí tentado a dejarme llevar por mis deseos esa misma noche; sin embargo, no fui traicionado por esos impulsos y razoné cada uno de los motivos por los debía esperar para hacerla mía. Me dejé hipnotizar por la figura que moldeaba el largo vestido de seda, permitiendo apreciar las curvas naturales debajo de la tela roja.

-Ariel Vedusi- contesté perdido en el aroma de su dulce perfume. Tomé su mano y la besé con suavidad.


Al sentir mis labios fríos sobre su cálida y viva piel, ella retiro gentilmente su mano sin desvanecer su sonrisa, cada gesto que su rostro reflejaba era una casi irresistible tentación para dirigirla a algún lugar apartado y beber del cálido néctar que su cuerpo contenía, una invitación para tomar su sangre y llevarla al borde de la muerte.  

Con un ligero movimiento de su cabeza me pidió seguirla a través del pasillo, entre la gente que fingía tener clase y a la que no me apetecía prestar atención en ese momento, pues todo mi ser se encontraba enajenado en una sola persona.

Me condujo hasta donde se hallaba un retrato.  La pintura con base de aceite y acabado en oleo dejaban ver un don superior al de sus compañeros de generación, impresionante para atrapar "el alma" de aquellos a los que pintaba. 

En ese instante toda duda se disipó, era ella. De todas los mortales que pisaban la tierra, era ella quien merecía preservarse para toda la eternidad.

-Muy buen trabajo- Trate de no parecer más impresionado de lo que un adulto joven podría estar en un cuadro.

-Si te interesa, me gustaría pintarte. ¿Puedes este viernes?- Había algo más tras aquellas palabras, pero fui incapaz de descifrarlo.

-Con gusto-. Intercambiamos números y se despidió de mi con un tibio beso en cada una de mis mejillas.

Esas últimas líneas habían cambiado por completo mi plan,tan elaborado, complicado y bien pensado.  Sería ese viernes el día perfecto para otorgarle la inmortalidad, sin importar donde lo decidiera, en su cama o en mi habitación, teñiría mi lienzo con su sangre y la llevaría por el camino de la noche.